A veces es necesario Gritar, decir al mundo dónde estamos, y que estamos haciendo acá. Acabar con tanta injusticia, con tanto desacuerdo, con tanto dolor. Plantar bandera y dar por finalizada a la guerra, poner la guardia baja seguros de que nada ni nadie va a poder atacarnos.
Tener la capacidad de amar y de odiar. De aprender a reír, a disfrutar, a llorar, a hechar de menos, y después de volver a reír, a pesar de todo. De mostrarnos tal cual somos, sin miedo. De dejar de ser aquellos que soñaban con ser algo para empezar a ser.